lunes, 2 de agosto de 2010

El futuro de los kioskos ( y de los kioskeros)


El matrimonio que regenta el kiosko de la Estación se jubilará pronto.
· En Miranda dos quioscos han echado el cierre en apenas un año, y ahora ya sólo quedan tres.
· En plena era digital, ¿es el de quiosquero una profesión con futuro?.



R.L. / Miranda
Forman parte del día a día del paisaje urbano.
En Miranda existen cinco quioscos de prensa, pero dos de ellos han cerrado en el último año.
Si en 2009 bajó la persiana el situado en la calle Logroño (junto a la parroquia El Buen Pastor), hace un par de meses cerró por jubilación, y después de 23 años, el ubicado en la esquina entre las calles Alfonso VI y Francisco Cantera.
Ahora quedan tres abiertos: uno en la plaza Cervantes, otro en la calle La Estación y un último en la calle Río Ebro, frente a la Comisaría Nacional de Policía.
Los quioscos ubicados en la vía pública pertenecen al Ayuntamiento y es éste quien otorga su concesión por un máximo de 25 años, prorrogables de 5 en 5 años hasta llegar a los 50 años. Ahora, con la renuncia de estas dos familias, el Consistorio se plantea qué hacer con estas dos instalaciones. «Ahora tenemos dos quioscos vacíos y en una próxima Junta de Gobierno saldrá para ver si hay personas interesadas para que pueden volverse a abrir», declara el alcalde.
Si así ocurriera, estaríamos ante una oportunidad laboral para dos familias. Pero, ¿es un negocio rentable hoy en día? «Por supuesto, a nosotros nos va muy bien y estamos encantados», dicen desde el situado en la calle La Estación.
Este matrimonio, que regenta el quiosco desde hace 21 años, reconoce que su trabajo es sacrificado (abren prácticamente todos los días del año) pero se ve recompensado por una clientela fija y ahora todavía más numerosa que antes desde que el Ayuntamiento ha retornado su quiosco al parque Antonio Machado, en plena calle peatonal.
Están en un sitio privilegiado y se nota a fin de mes.
Ambos están ya pensando en la jubilación y es por ello que se plantean dejarlo en un plazo máximo de cinco años. «Seguiremos hasta que haya alguien que lo coja y yo lo recomiendo. Si tuviera ahora 40 años lo volvería a coger sin ninguna duda», afirma Ana.
A pesar de que cada vez existen más publicaciones que adaptan sus contenidos a Internet, piensan que como leer sobre papel no hay nada. «No es igual. En Internet no aparece todo lo que tiene un periódico o una revista, vienen partes», afirma Ana, a lo que su marido añade que «no es lo mismo tenerlo en las manos que leerlo en una pantalla».
Ellos venden más de un centenar de revistas y periódicos y, a pesar de la crisis, han notado «un incremento en el número de publicaciones».

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