martes, 22 de junio de 2010

música, libros, periódicos…: que pase el siguiente!





De los muchos detalles que podemos apreciar, me quedo con el final: después de tanta ciencia-ficción, lo que vemos es un quiosco de prensa de los de toda la vida.
Una indirecta con doble trazada.
A los lectores, para que se vayan haciendo una idea de que a partir de ahora el periódico, revista o publicación en general, le va a llegar vía tablet, se llame iPad o no.
Pero ese último fotograma también le está poniendo una pistola en la cabeza al quiosquero, al sector en su conjunto y a su continuidad como canal de distribución de los medios impresos.

Desde tiempo atrás hay cierta crisis de identidad, similar a la de los bancos, que ofrecen cacerolas a cambio de productos financieros, vengan o no a cuento.

Los quioscos son, desde hace años, algo más que dispensadores de periódicos y, en teoría, por ahí podría llegar su salvación.

Pero no les conviene engañarse, como tampoco se engañan las gasolineras con las ventas cruzadas de otros productos empaquetados (incluida la prensa) con la necesidad de rellenar el depósito de la gasolina.
¿A dónde voy con todo esto? A que no conviene confundir la locomotora con los vagones.

Los quioscos (de periódicos) serían chiringuitos, chinos, puestos de chuches, o cualquier otro invento de la distribución, menos quioscos de prensa, si no existieran los medios impresos.
Pero a la vista queda que son justamente la impresión y la distribución de estos medios quienes sufrirán una reconversión irremediable.

Por tanto, y para no perder el foco de este blog dedicado a la innovación, me parece que urge un “parón innovador” por parte del canal quiosco.

Si yo tuviera un quiosco, ya me habría puesto las pilas.

Al menos me estaría planteando si me compensa traspasarlo o transformarme en otra cosa, que de eso trata la innovación.

Refugiarse en añoranzas que ya nunca más volverán, es una excelente manera de suicidarse.

Y usted, ¿cuándo fue la última vez que se acercó a un quiosco a comprar un periódico? Yo, ni me acuerdo y lo mejor del tema es que no parece que nada me vaya a obligar en los próximos años… Tal vez cuando me sobrevenga la nostalgia deba conformarme con repasar desde mi tablet en Wikipedia las fotos de esos simpáticos tenderetes que moteaban las aceras de nuestras populosas ciudades, barriadas y pueblos.

Se lo digo con tiempo no sea que se entere por los periódicos.

http://www.inno.me/2010/06/musica-libros-periodicos-que-pase-el-siguiente/comment-page-1/#comment-645

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